Cuando la tristeza no cabe en el cuerpo, tiene que salir de alguna manera. Busca y busca una vía para dejar el alma y dar espacio a la felicidad.
Me imagino que esas son las lágrimas.
Hoy así estoy, sacando la tristeza por los ojos, a veces a cuenta gotas, a veces en un hilo de llanto. Asi la tristeza por la partida de un amigo dejará mi cuerpo, para dejar paso a la alegría de que fuera parte de mi vida y de haberlo conocido.
Abel, desde la distancia te doy un abrazo sentido y te mando mucha luz para iluminar tu camino de regreso a la fuente.
Donde todos nos volveremos a encontrar.